Aunque a todos nos suene este personaje histórico y entendamos el término «maquiavélico» como sinónimo de una estrategia basada en el embuste y la manipulación, la teoría y pensamiento de Maquiavelo estaba en algunos aspectos bastante lejos de esta idea.
De hecho, encuentro algunos paralelismos interesantes entre su perspectiva sobre estrategia política y guerra, y el actual #management o gestión de empresas; que no nos olvidemos, luchan por mantenerse competitivas y seguir existiendo en un mundo complejo y saturado.
Algunos de los aspectos más interesantes de su obra, tratan menos sobre cómo luchar contra su enemigo externo, y más sobre mantener la lealtad y compromiso interno. Lo que ahora llamamos engagement ya era tenido en cuenta hace 500 años (igual que lo ha sido a lo largo de la historia).
Esta preocupación se vió reflejada en la preferencia de Maquiavelo por una milicia local en vez de la utilización de soldados profesionales y mercenarios que se movieran sólo por dinero.
Parece ser que Maquiavelo ya entendía que era más efectivo trabajar con soldados que más allá de sus ambiciones económicas, estuviesen motivados por aspectos emocionales o vínculos que les conectasen a una dimensión mayor, una causa.
Podríamos decir que ya manejaba la idea de que el Propósito era un plus en su estrategia.
Sin embargo era muy consciente el amigo Maquiavelo, de que persuadir o convencer a los hombres de esto no era tarea sencilla. “Los grandes capitanes deben ser oradores” decía, hablando a su ejército el gran capitán debe: “Alejar el miedo, inflamar los ánimos, aumentar el tesón, desvelar los engaños, prometer recompensas, mostrar los peligros y el modo de huir de ellos, elevar el espíritu con esperanzas, y hacer todas esas cosas mediante las cuales las pasiones humanas se aplacan o se inflaman.”
¡Ahí es ná! Bastante exigente en lo que se espera de la comunicación de un buen líder, ¿no os parece?
Sigo leyendo “Estrategia, una historia” de Lawrence Freedman que no deja de inspirar en mí la sensación de que no dejamos de ser una versión actualizada de los mismos conflictos que se han dado a lo largo de la historia, pero en diferentes contextos, en otros escenarios.
Pero bueno, la gestión empresarial no es la guerra, y no todo vale, aunque muchos crean que sí.
Para competir necesitas un buen equipo, que será mejor y alcanzará mejores resultados, si tiene una causa o propósito por el que luchar o trabajar.
Y tú, ¿tienes una marca capaz de aglutinar y proyectar los significados necesarios para competir?